El
truco para hacerse la
francesita y que quede bien, es coger un trozo de
celo, esparadrapo, papel higiénico (en realidad, cualquier tipo de papel
utilizado para hacer de “guía” sirve), etc., y con este trozo de papel,
adherirlo a la uña de manera que quede el extremo superior de la uña (para
entendernos, el borde de arriba) despejado, sin que esté tapado. Así, con el
esmalte blanco se puede pintar el borde de la uña que está libre de papel,
y, aunque nos pasemos con el
pincel, no pasará nada porque pintaremos papel
y no uña.
De esta manera, quedará totalmente nítida la separación entre la
franja
blanca pintada y la uña natural. Además, puedes darte las capas de esmalte
que creas necesarias, esperando que se seque una capa para dar la siguiente
siendo lo más habitual que con 3 capas es suficiente.
Además, para acabar, puedes aplicar un
esmalte de uñas endurecedor.
Fuente
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